El término “circadiano” viene del latín “circa” (alrededor) y “diano” (día) y hace referencia al ciclo diario de luz (día) y oscuridad (noche) que se producen en nuestro cuerpo durante 24 horas.
La principal función de este reloj, ubicado en el cerebro, es coordinar a otros relojes situados en órganos y células del organismo. Por tanto, todas los procesos fisiológicos o funciones de nuestros órganos están cronometrados por el día y la noche, es decir, habrá procesos que estarán en su máxima actividad por la mañana y, en cambio, otros estarán disminuidos por la noche o viceversa. Por ejemplo, ¿por qué en la mayoría de las personas nuestro cuerpo es más activo de día que de noche? Esto se debe a una hormona que conocemos como melatonina. Ésta cambia su producción o secreción con el ciclo de sueño/vigilia, es decir, su mínima actividad es por el día y sus niveles son más elevados por la noche, induciéndonos a tener más sueño.

Como antes hemos dicho, el ritmo circadiano coordina a otros órganos tales como el hígado y el tejido adiposo. A su vez, éstos pueden verse alterados por otros factores internos y/o externos, como, por ejemplo, la presión arterial, la temperatura corporal, los niveles hormonales, el sistema inmune, el ciclo del sueño, la dieta, etc. Teniendo en cuenta nuestra actividad diaria según el ciclo de sueño/vigilia, personas que tienen alterados sus patrones de sueño, tienen también alteradas hormonas implicadas en la regulación del apetito y, por tanto, de su ingesta diaria. Estas hormonas son la leptina y la adiponectina; la concentración de leptina es mayor durante la noche mientras que la adiponectina tiene una concentración nocturna más baja. Por tanto, estas personas tienen alterada la regulación del hambre y la saciedad, pudiendo desencadenar la aparición de obesidad u otras enfermedades cardiometabólicas.
Alimentación variada
Así, con todo lo mencionado anteriormente, es importante destacar cómo una alimentación variada y equilibrada, así como la práctica de ejercicio físico y otros aspectos del estilo de vida, pueden retroalimentar de forma positiva a este reloj biológico.
BIBLIOGRAFÍA
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Vitaterna MH, Takahashi JS, Turek FW. Overview of circadian rhythms. Alcohol Res Health. 2001; 25 (2):85-93.
Alumnado colaborador del Blog “El ritmo circadiano cronometrado por la alimentación” (1º de GNHD: Cecilia Trigo Martín, Inés Oliver Guerrero, Alison Andrea Pachacama Rojas, en la asignatura de Biología General, impartida por la Dra. Estefanía García y la Dra. Nora López).
Texto modificado y adaptado por las doctoras Estefanía García, Alicia Julibert y Carla Busquets, y supervisado por la Dra. Nora López (Jefa de Estudios del GNHD).